Lo artificial reconvertido en natural
Hace ya muchos años que, en incontables ocasiones, Naturalmente La Albuera ha estado deambulando por las traseras del Polígono Industrial de esta población en compañía de su alcalde. Un hombre que, si por algo destaca, es por su amor a la naturaleza y al pueblo que lo vio nacer. Mientras iban tomando forma las calles que albergarían el Polígono Industrial, trastabillando entre socavones y escombros me contaba, con fervor, su verdadera intención: devolverle a la Tierra todo cuanto se le había quitado.
Y cumplió su palabra pues, sin su empeño y perseverancia, hoy no podríamos disfrutar de ese paraíso terrenal en el que se ha convertido el Parque Periurbano de Conservación y Ocio “El Chaparral”. Fue tal la pasión que puso en el proyecto que, cuando quise darme cuenta, ya había caído bajo su embrujo. Durante más de quince años, con pasos lentos, pero firmes, observé como al ayudar un poco a Mamá Naturaleza, se abrió paso por entre las construcciones de hormigón. Y nos recompensó como solo Ella sabe: cerrando con su exuberancia las heridas que un día le provocamos. Dándonos tanto, a cambio de tan poco.
En La Albuera, la Vida aflora entre escombros
Si los números sirvieran para definir a los lugares, el del Parque, sería el cinco. Cinco rincones, cinco formas naturales distintas de descubrir sus hábitats, cinco sentidos para percibirlos.
A pesar de la huella que ha dejado el paso del hombre en el lugar, la naturaleza, obstinada, se nos muestra mires donde mires. El Polígono pasa a un segundo plano, engullido por la belleza incomparable de un ecosistema único. La Naturaleza está por todas partes, a cada paso que des, te toparás con ella, es tan sabía que ha sabido adaptarse al entorno y tomar distintas formas. Lagunas artificiales, matorral de ribera, estepas salinas, bosquetes de coníferas y un eterno coto de pesca donde solo tienen cabida las especies autóctonas. Para los amantes de lo ecológico, los huertos sociales les brindan ocupación, ejercicio y una mesa repleta con alimentos de primerísima calidad. Al afortunado que los pruebe, le resultará muy difícil conformarse con menos, puedo dar fe de ello.
Caminando, donde la Vida aflora
Naturalmente Badajoz, contagiado por el entusiasmo de un amante de sus raíces y en su afán por mostrar los tesoros que brotan de nuestra tierra, el pasado sábado, decidió hacer más visible el Parque Periurbano de Conservación y Ocio “El Chaparral”. Estuvimos arropados por todo aquél que añoraba inundar sus pulmones del aire puro que vaga en libertad por un entorno extraordinario, donde conviven el humedal, la estepa y un bosquecillo de coníferas. Mientras escuchábamos a los Agentes Turísticos del Centro de Interpretación del Complejo Lagunar y de Ocio y Tiempo libre de La Albuera, pude ver como en sus ojos se reflejaban las siluetas de las naves del Polígono Industrial. Entonces, fui más consciente que nunca de que, en este pueblo, lo natural y lo artificial, son dos caras de una misma moneda. No podría existir el uno sin el otro.
En un rincón del Parque, bajo la atenta mirada de un Búho Real, el artista extremeño José Manuel Carrascal Hernández, nos sorprendió salpicando el paisaje con sus esculturas de papel maché y alambre. A sus pies, una serpiente siseante esperaba su turno para ser fotografiada. No fueron pocos los valientes que se atrevieron a tomarlas entre sus brazos, convirtiendo así el día, en algo inolvidable.
Para empaparnos aún más de todo cuanto nos rodeaba, Kayak en mano, nos adentramos en el agua. Cada vez que los remos se hundían para volver a salir con más fuerza y los niños, alegres, imaginaban que surcaban otros mares, comprendí que el agua es Vida.
Parque Periurbano de Conservación y Ocio “El Chaparral”
Establecido por el Decreto 142/2017, de 5 de septiembre. Se rodea de Tierras Gordas, que dan inicio a la Comarca de Tierras de Barro. Cabe resaltar que la zona del paraje se emplaza entre dos espacios de la Red Natura 2000, limitando con ambos. Por un lado, el Complejo Lagunar de La Albuera, incluida en el Inventario Regional de Zonas Húmedas de Extremadura, y catalogada como Ramsar por Resolución de 18 de diciembre de 2002 y al oeste, haciendo de frontera natural de la Rivera de Los Limonetes-Nogales.
Su superficie de 39’50 ha., engloba, un espacio natural excepcional de Estepa Salina Mediterránea (Limonietalia), con especies muy bien adaptadas a los terrenos salobres, en la que destacan las del género Limonium, el Enano Espinoso (Limonium echioides) y la Capitana, Siempreviva Azul (Limonium sinuatum). Un extraño y escaso hábitat que se halla protegido en todo el continente europeo, siendo el único lugar de Extremadura donde ha sido encontrado.
En el parque concurren, 7 lagunas artificiales, comunicadas por canales y aguas superficiales, que imitan al Complejo Lagunar, sin depender como éstas, de la contribución de las aguas de lluvias. Es la Empresa ULBASA (una de las más modernas ultra congeladoras de Europa), la que, mediante la utilización de agua abundante y un sistema de depuración perfecto, entrega sus sobrantes, a las lagunas, manteniendo el nivel de las mismas durante todo el año. Este nuevo ecosistema sirve de cobijo a una gran variedad de aves, convirtiéndose en un punto de apoyo imprescindible para el Complejo Lagunar y Llanos de La Albuera. Un reflejo de como la industria y el ser humano, pueden seguir avanzando sin contaminar.
Zona de reforestación de coníferas, que aportan al Parque una biodiversidad importante, con un bosquete de pinos, hacen del paraje un oasis en los Llanos de La Albuera.
Coto de Pesca de las tres balsas principales, El Chaparral, Los Limonetes y Los Badenes, repoblados con Cacho, Tenca y Pardilla, con el que se pretende hacer un uso adecuado de los recursos piscícolas, acercando al pescador a las especies autóctonas. Alejando del deporte de la pesca a las alóctonas, que tanto daño ecológico están haciendo en los humedales de Extremadura. Pesca sin muerte de la que pueden disfrutar todas las personas acreditadas dentro de la legalidad.