La Albuera piensa en verde
Entre llanos y lagunas, riberas, dehesas, estepas salinas y tierras gordas. Rodeado de agua, vegetación y vida, encontramos algo más que un pueblo: naturaleza en estado puro que brota y eclosiona, formando un parque natural único.
Aquí, las aves nunca fueron más libres, ni la tierra más agradecida. Las aguas que lo bañan discurren tranquilas, con su armónico caminar lento, pausado, embebiéndose de todo cuanto le rodea.
No es por casualidad que algunos de sus rincones luzcan, orgullosos en sus pecheras, las insignias ZEC (Zona de Especial Conservación) y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). Su cuenca endorreica, incluida en el listado Ramsar de Humedales de Importancia Internacional, pone un broche de oro a un entorno que se mete entre tus venas y te cautiva.
Como ha ocurrido en muchos lugares, sin prisas, pero sin pausa, hizo acto de presencia, en forma de Polígono, la Revolución Industrial. Pactó con la tierra llenar de agua, es decir, de vida, las heridas que los áridos produjeron en su piel en pos del tan valorado progreso. A cambio, las aves y la vegetación podrían campar a sus anchas en un paraíso creado exclusivamente para ellas. Naturaleza e Industria juntas, como hermanas siamesas que se necesitan y no pueden separarse pues, ¿qué sentido tiene ser enemigas si de la mano, en perfecta simbiosis, pueden conseguir todo cuanto se propongan?
Aula de la Naturaleza
La Albuera no es solo un pueblo, es una auténtica aula natural en plena Naturaleza. Aquí, ciento sesenta y cinco especies de aves nos enseñan que no es necesario poseer muchas riquezas para vivir bien, que es posible subsistir en un entorno hostil y que se puede seguir adelante aprendiendo de nuestros errores. El agua nos da una lección de vida y esperanza en forma de charcas que se llenan con la lluvia y que hacen surgir de la tierra especies vegetales, tan espectaculares, que casi parecen un sueño.
En su Centro de Interpretación de la Naturaleza, Macarena Serrano, Agente de Turismo y Naturaleza y, sobre todo, mujer de “armas tomar” se encarga de relatar las bondades ecológicas de su entorno. Y como buena enamorada de la tierra que la vio nacer, lo hace con una pasión contagiosa. Con ella, los niños aprenden y se divierten a la vez que imitan el vuelo y el trompeteo de las grullas y simulan tener el ala rota, como el Chorlitejo Chico, para alejar a los depredadores de su nido.
Persona todoterreno que lo mismo refresca la memoria a sus mayores que negocia con el increíble escultor naturalista extremeño José Manuel Carrascal para que ceda a su Centro de Interpretación su escultura de Triops en papel maché y alambre. ¿Necesitas más para descubrir la belleza natural y artificial que conviven en este original aula que es La Albuera? No lo dudes: ven, y no se lo cuentes a nadie.
¿Un pueblo? ¡menudo pájaro!
No es de extrañar que, en este entorno natural único, las aves hayan decidido aportar su granito de arena para engrandecer, hasta límites insospechados, su biodiversidad. Colorean las áridas estepas con sus plumajes y adornan el aire con sus trinos. Avutardas, Sisones, Gangas, Alcaravanes, Chotacabras y un sinfín de especies conviven con el agricultor que ama y trabaja la tierra.
Los mares de cereales ondean al viento bajo la atenta mirada del Aguilucho Cenizo que, con su vuelo raso, lo vigila y lo protege. Entre olas de espigas, el Elanio Azul y el Cernícalo Primilla se preparan para cazar a sus presas. Las torretas de la electricidad la decoran, con exquisito gusto, los Ratoneros y el Milano, experto donde los haya en limpiar las carreteras de los animales atropellados durante la noche. Sobre ellos, los Buitres y las Águilas Reales y Perdiceras esperan su momento de gloria, y se aventuran a abandonar la dehesa para hacer sus incursiones en los llanos.
Si el cielo de La Albuera lo conforma un mosaico de siluetas aladas, su agua, no podía quedarse atrás.
Pato Cuchara, Pato Colorado, Somormujos, Calamones, Avetorillos, Fochas, Gallinetas, Zancudas, Garzas…. Que conviven y compiten por refrescarse en la tranquilidad de unas aguas que están ahí por y para ellas.
Actividades al Aire Libre
Festival de la Naturaleza de La Albuera 2021
Durante los meses de Mayo y Junio hemos realizado el Festival de Naturaleza de La Albuera, “Conoce Naturalmente La Albuera” financiado por la Diputación de Badajoz, con la colaboración del Ayto de la Albuera, proyecto promocionado por la Diputación para la puesta en valor de los recursos naturales y turísticos de la Albuera.
- Día 8 y 9 de mayo: Ruta temática conoce naturalmente La Albuera y mira las flores. ¿Qué importa la lluvia o el calor? Cualquier excusa es buena para para “tirarnos al bosque” y disfrutar de la naturaleza con distintas luces. La belleza de orquídeas, los frutos de las Rosas de Alejandría, flores y flores…, algunas en formas exotéricas que poblaban las grietas de las piedras graníticas y otras que parasitaban las jaras, que mi amigo Manolo “El Serranillo”, las llamaba Ombligo de Venus y Tetillas de Doncella.
- Día 15 y 29 de mayo: Ruta temática conoce naturalmente La Albuera entre lagunas. No nos gusta “andar por andar”. Naturalmente Badajoz siempre camina “ojo avizor”, pendiente de donde pisaban nuestros pies. En la misma dehesa, nuestra ruta la marcaron los popularmente conocidos como Curitas, Aceitera Común (Berberomeloe majalis), junto con los numerosos Sapos Corredores (Bufo calamita) que, como buenos bandidos, asaltaron nuestro camino tantas y tantas emociones que llegaron a su cenit en la Laguna Grande. Al toparnos con Flamencos, Espátulas, Gansos del Nilo, Moritos, Cigüeñuelas… en un humedal frágil pero maravilloso, no pudimos evitar preguntarnos si no estaríamos dentro de un sueño. Llegando a la Laguna del Junco nos dio la bienvenida una pareja de Aguja Colinegra (Limosa limosa), que parecían puestas a conciencia en el humedal, por nuestros Guías de Naturaleza, como distintivo del logo del Centro de Interpretación del Complejo Lagunar y Los llanos.
- Día 16 y 30 de mayo: Ruta temática conoce naturalmente La Albuera en el Parque Periurbano de Conservación y Ocio. ¿Unas balsas?, ¿un polígono industrial?, ¿una estepa salina?, ¿un bosquete de coníferas?, ¿lo artificial embelleciendo lo natural? Iniciamos la ruta, con el olor húmedo de las charcas, presenciando como el Zampullín y su cría nos exhibían sus facultades de buceo, escuchando el grito descompuesto del Calamón avisando de nuestra presencia a sus congéneres y los trinos incansables de los Carriceros Tordales. Naturalmente Badajoz miró, a través de los ojos de los más pequeños, cómo nuestra guía Macarena Serrano, contaba con entusiasmo las maravillas de su pueblo. Y comprendimos, gracias al escultor, cetrero y naturalista José Manuel Carrascal el porqué de los distintos picos, patas y plumas. Bajo la atenta mirada del Búho Real, el Halcón y el Águila Harris, pudimos tocar Triops y serpientes vivas, hasta que llegó el momento de ponerse a navegar. Mientras los padres remaban, los niños acariciaban las mansas aguas de la laguna, simulando el bogar de la embarcación al tiempo que pensaban: ¿Cuándo será la próxima?
Nos acompañaron el día 30, ONCE Badajoz y nos enseñaron que la naturaleza se ve más y mejor cuando la hueles, la tocas y la sientes.
Actividades al Aire Libre I
Festival de la Naturaleza de La Albuera 2021
- Día 5 de junio: Pinta La Albuera, I Certamen de Pintura Novel 2021. El Arte ha entrado por primera vez en el Festival de la Naturaleza en forma de óleos, acuarelas, carboncillos y acrílicos. Y lo ha hecho para quedarse. Cartón entelado, bastidor de lienzo, pintura látex, caballete, paleta y pinceles, que nos muestran como se ve la naturaleza a través de los ojos de un artista. Maravillas de un pueblo enclavado entre lagunas y llanos que quedaran en nuestra memoria.
- Día 5 de junio: Fotografía La Albuera, I Certamen de Fotografía Avistamientos de Aves. Naturalmente Badajoz, entusiasta de la fotografía, quiso llenar el entorno con los sonidos de los diafragmas y obturadores abriéndose y cerrándose a distintas velocidades. Capturando imágenes, a golpe de disparo de cámara, con el fin de apreciar la belleza de lo natural a través de un objetivo. Imágenes que colmaran nuestros álbumes, mientras mantenemos virgen nuestra naturaleza.
La villa de la España llena de vida
Podría llenar páginas y páginas en blanco, contando todas y cada una de las experiencias vividas estos días en La Albuera pero, ¿Para qué hacerlo, si puedo resumirlas con una sola palabra?
Emoción.
Porque siete letras juntas, nunca significaron tanto.
La lluvia, empapando los rojizos caminos de la sierra. El sol, haciendo resplandecer el agua de “El Chaparral”. La risa de los niños espantando a las acuáticas mientras avanzaban, a trompicones, en sus kayaks. Solo podrás entenderlo si has estado allí.
Después de un año tan duro, hemos querido dar un paso más. Naturalmente Badajoz se ha propuesto hacer de La Albuera, un pueblo naturalmente accesible. Donde la falta de visión no sea un hándicap para disfrutar con el resto de los sentidos de los olores, la textura y los sonidos de la naturaleza.
Gran lección de superación la que recibimos, sintiendo volar la imaginación como la más ágil de las rapaces tras su codiciada presa.
Dicen que hay una España vaciada, pero yo, no consigo concebirlo. Me niego a creerlo pues, mientras el viento jugueteé con las hojas de los árboles y el águila extienda sus alas sobre el cielo, habrá vida. Para demostrarlo cogimos nuestras cámaras para capturar los pequeños milagros que nos rodean y llenamos el pueblo de lienzos en blanco que esperaban, impacientes, sentir el suave trazo de un pincel.
Solo así descubrimos que la vida está en todos los rincones y que un mismo lugar, puede ser diferente según los ojos con que lo mires.